Hace falta solo un minuto para que el suizo Rafael Sommerhalder ejecute esa combinación de pueril mecánica e impaciencia sostenida.
Estos experimentos audiovisuales son el medio elegido por el artista para despertar en el espectador emociones encontradas que van desde el desasosiego, la impaciencia o la espera incómoda, recreadas constantemente para señalar nuestra sumisión al espacio temporal. La relativización del tiempo desde una perspectiva surrealista.