Me dan miedo las personas que dicen rezar por mi alma en tiempos de sequía intelectual. Me dan miedo no porque las crea, sino porque siempre hay quien las cree.
Este espectacular corto animado, "The Backwater Gospel", navega sobre ese mismo supuesto en un contexto muy cinematográfico y al mismo tiempo tan metafórico. Ese juglar del Far West americano anuncia la llegada del abominable enterrador y todo el mundo sale despavorido de la vieja iglesia en busca de refugio. Un refugio que no encontrarán si no es dejando atrás unos clichés que ordas de líderes espirituales sellaron a hierro y fuego en sus miserables circuitos neuronales. Esos salvadores de almas clamarán contra quien ose contradecir su bien más preciado, la "Verdad", y el rebaño desamparado que, bien azuzado, correrá a la caza de todo aquello que desafie sus creencias.
Este espectacular corto animado, "The Backwater Gospel", navega sobre ese mismo supuesto en un contexto muy cinematográfico y al mismo tiempo tan metafórico. Ese juglar del Far West americano anuncia la llegada del abominable enterrador y todo el mundo sale despavorido de la vieja iglesia en busca de refugio. Un refugio que no encontrarán si no es dejando atrás unos clichés que ordas de líderes espirituales sellaron a hierro y fuego en sus miserables circuitos neuronales. Esos salvadores de almas clamarán contra quien ose contradecir su bien más preciado, la "Verdad", y el rebaño desamparado que, bien azuzado, correrá a la caza de todo aquello que desafie sus creencias.
P.D: Lo verdaderamente mortífero, para el pueblo, no era el enterrador sino sus propios miedos.