Ai Weiwei: Never sorry




La popularidad de Ai Weiwei no para de crecer. Y aunque en occidente se haya hecho conocido a las grandes masas a partir de su instalación de (falsas) pipas de girasol en la Tate Modern de Londres, en China es visto como un símbolo de activismo político y admirado por las élites intelectuales desde hace cierto tiempo. Desde su participación en el estadio Bird´s Nest de los Juegos Olímpicos de Pekín junto a Herzog & de Meuron (que paradójicamente se convirtió en símbolo del régimen), su influencia se disparó, cobrando gran importancia los hasta 100 tweets que escribe a diario.


Ya sea destrozando un jarrón milenario de la dinastía Han, enfrentándose a la policía (y recibiendo una paliza) por investigar las muertes del terremoto de Sichuan, u organizando eventos políticos camuflados de cenas de amigos, Ai se muestra impertérrito ante el constante peligro al que está expuesto. El gobierno chino le quiere fuera del país, y en los últimos meses se lo ha demostrado derribando su estudio en Shanghái. Pero Ai Weiwei se muestra firme en su lucha para que el profundo cambio que está viviendo China sea en la dirección adecuada, basándose en la libertad de expresión e información.


Repasando sus últimos años de trabajo, el documental Never Sorry será el primero sobre el icónico artista contemporáneo Chino. La periodista afincada en Pekín Alison Kayman obtuvo acceso directo al artista, acompañándole en su cruzada quijotesca. Desde su cámara, nos muestra tanto el trabajo de su estudio en detalle como entrevistas a amigos y familiares. Allison ofrece un retrato de su trascendente figura cultural, la de un hombre cuya fusión de activismo y arte no resuena resuena cada vez más en todo el Mundo.
 
 
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