Alcahuetes playeros
Una fila de curiosos (en mi pueblo alcahuetes) como las de los fines de semana en los restaurantes de comida rápida, mirando los movimientos de una niña. El país que permanece impasible ante un inmigrante exhausto recién llegado en cayuco sobre la arena de la playa, no quita ojo a la niña de Obama bajo esta calina veraniega que nos consume. Si por casualidad la niña les saludara, sería un triunfo para recordar pero como no lo hace no hay ni decepción. Quien mira a quien. La niña esta sorprendida porque no sabía que tenía tanto que ofrecer. Esta es la España de Julián Muñoz, la del chascarrillo de chiringuito a golpe de sol y sombra.
Y es Marbella, si. La que es capaz de demarcar 45 metros de costa para que a la niña no le falte oxigeno, contra toda norma democrática aunque un acierto viendo las patéticas imágenes.
Barrigones bajos, bañadores descoloridos, algún pareo en desuso, brazos atrás o cruzados. Tampoco faltan las gorras blancas, seguramente regaladas en la gasolinera. En fin, todo una fauna silvestre si se mira con atención.
El próximo año a lo mejor eligen para ir de vacaciones isla Mauricio. Posiblemente haya menos catetos (alcahuetes) que los que esa mañana había en la playa.
Ahora vas y prohibes los toros en España