NO SÓLO DE VINO Y REFRESCO DE COLA VIVE EL CÓCTEL MÁS POPULAR DE EUSKADI. EL PRIMER CAMPEONATO PROFESIONAL DE KALIMOTXO ADORNÓ AYER LA ESCUELA DE HOSTELERÍA DE GAMARRA DE COLOR, SABOR Y SOFISTICACIÓN. Y EL PREMIO SE QUEDÓ EN CASA.
Carlos Mtz. Orduna

Uno de los kalimotxos que se prepararon en el concurso. (MARCOS RUIZ)
LA improvisación se convirtió en arte. La txosna, en el comedor de una escuela de hostelería. El cóctel vasco por excelencia, en una bebida que ha traspasado fronteras. Quién se lo iba a decir a los miembros de la cuadrilla Antzarrak de Algorta, responsables de bautizar y popularizar el kalimotxo allá por 1972 en unas fiestas del Puerto Viejo. Tanto que, al menos en esta tierra, pocas personas pueden decir que nunca han sucumbido a los encantos del vino tinto y el refresco de cola. Juntos, o revueltos. En unas fiestas de barrio, en un garito chic o disfrutando de la sombra de un pino.
Pero no sólo de sus dos ingredientes fundamentales vive esta refrescante bebida. Así lo demostraron ayer los seis participantes del primer campeonato profesional de kalimotxo, que vistió Gamarra de gala y enorme expectación mediática. Siete minutos para trabajar, tres kalimotxos, herramientas e ingredientes de lo más sofisticados... y manos a la obra.
La escuela se quedó pequeña para disfrutar de las virguerías de Iñaki Uribe, Claudio Scane, Oliver Sinclair, Kepa Ibáñez, Juanjo Barquilla e Iratxe Nájera. Desde Durango a Elorrio, pasando por Madrid, Eibar, Agurain y destino final, Gasteiz. Finalmente el premio se quedó en casa, más que nunca. Iratxe, vitoriana y estudiante de primero de restauración en Gamarra, enamoró al jurado con un kalimotxo "muy sencillo", según ella misma lo describió al recibir los 500 euros de premio, aunque espectacular desde el punto de vista visual. Vinoletas con cola, que ése es su nombre, casó el hielo seco con el agua de violetas y el sirope para crear una explosión de sabor y color similar a un experimento de laboratorio.
Patxi Troitiño, campeón de España de coctelería en 2009 y miembro del jurado, se mostró "sorprendido" por la destreza de Iratxe, que a pesar de todo no lo tuvo nada fácil para batir en la final a Juanjo, de la cafetería Jai-Alai de Agurain. En su caso, la aplicación de innovadoras técnicas de cocina, la ayuda de dos batidoras y el acompañamiento de la bebida con un maridaje de frutos del bosque y cítricos jugó a su favor. Los dos alaveses del concurso, según confesó la sumiller del restaurante Plágaro de Gasteiz y también miembro del jurado, Leticia Plágaro, destacaron por sus "notables argumentos gastronómicos". Aunque no tardó en matizar. "Esto no quiere decir que los demás estuviesen menos buenos, pero aquí se trata de innovar". Espuma de bergamota, hielos y caviar de limón, esferificación de vino, zumo de kiwi, infusión de frutos rojos... No faltaron ingredientes de todos los sabores y colores.
Cuando Mikel Garaizabal, trabajador de la escuela y precursor del concurso, confirmó la victoria de Iratxe, un estruendo de gritos y aplausos de sus compañeros tomó la escuela. La nueva reina del kalimotxo, para más inri, se apuntó al concurso "de un día para otro", casi por casualidad. "No me esperaba ni pasar de la primera ronda, todavía no me lo creo", acertó a decir ante una maraña de cámaras y micrófonos.
La cita también sirvió para rendir tributo a los integrantes de Antzarrak, tres de cuyos miembros se dieron cita en Gasteiz. "Ésta es la primera vez que alguien nos da algo. Hasta ahora, sólo eran entrevistas", bromeó uno de ellos tras recoger una placa de homenaje. Tintxu, que ejerció como jurado, reconoció que, visto lo visto, "de haberlo sabido tendríamos que haber patentado el kalimotxo". ¿Llegará el día en que aparezca en las cartas de las coctelerías y restaurantes más selectos del mundo? Tiempo al tiempo.